Comentario
La conquista de México produjo un proceso expansivo del que resultaron dos conquistas frustradas, las de Las Hibueras y la de California, ambas intentadas por Cortés, y otras dos efectivas, las de Nueva Galicia y Yucatán. El último de estos territorios formaría luego gobernación independiente, aunque estuvo integrado en el virreinato novohispano.
Cuando Hernán Cortés supo, en 1522, la noticia de la vuelta al mundo dada por Sebastián Elcano, dispuso la salida de una expedición al sur de México, concretamente al Golfo Dulce, donde suponía que podía existir un estrecho mejor que el de Magallanes. La mandó Cristóbal de Olid, quien se alzó contra su jefe. Cortés decidió entonces ir en persona a descubrir y conquistar el Estrecho. Fue su famosa expedición a las Hibueras. Partió de la capital con un enorme ejército (demostrando así su proyecto conquistador) y un gran séquito, en el que iban personas tan notables como el monarca azteca Cuauhtemoc y su primo el rey de Tacuba. Descendió a Orizaba y atravesó los Tuxtlas hasta Coatzalcoalcos y los Ahualulcos. Acosado por las penalidades de la selva y la falta de alimentos, llegó a temer una rebelión indígena instigada por sus rehenes y mandó ahorcarles. Fue un acto cruel que lamentaron casi todos los españoles que le acompañaban. Bernal Díaz afirma: "Y antes que los ahorcasen (a Cuaúhtemoc y al señor de Tacuba) los fueron confesando los frailes franciscos con la lengua de doña Marina: e yo tuve gran lástima del Guatemuz (Cuaúhtemoc) y de su primo, por haberles conocido tan grandes señores... Y esta muerte que les dieron muy injustamente dada, y pareció mal a todos los que íbamos en aquella jornada". Cortés salió de la selva por la provincia de Naco, Puerto Caballos y llegó al fin a Trujillo, en Honduras, donde encontró la gente de Gil González Dávila y Francisco de Casas. Decepcionado por no hallar el estrecho, regresó a México por mar y puso todo su empeño en organizar expediciones para descubrir otras islas de la Especiería en la Mar del Sur. De ello resultó la expedición de Alvaro de Saavedra a las Molucas.
Hernán Cortés marchó luego a España. Durante su estadía en Europa, el presidente de la Audiencia de México don Nuño de Guzmán aprovechó la ocasión para realizar una campaña militar en el norte de México, donde se aseguraba que había grandes riquezas. Reunió una fuerza de 500 hombres y unos 12.000 indios y salió de la capital mexicana a fines de 1529. Don Nuño se dirigió hacia Toluca y la región tarasca, realizando una campaña muy cruel contra los indios. Incluso mandó quemar al cacique Caltzontzin. Pasó luego a Tonalá, donde dio una gran batalla y dividió su fuerza en tres escuadrones, mandados por él, por Cristóbal de Oñate y por Peralmíndez Chirino. La tropa de Oñate sojuzgó varios poblados indígenas, entre ellos Nochistlán, donde se fundó la villa del Espíritu Santo de Guadalajara. En 1530, Nuño de Guzmán consideró conquistada la mayor parte del territorio que bautizó como Castilla la Nueva de la Mayor España y procedió a trasladar Guadalajara a Tonalá. En 1535 se fundó Santiago de Compostela, con ánimo de que fuera la capital de aquel gran territorio. Con el transcurso de los años, Compostela perdió importancia y la adquirió en cambio Guadalajara.
Cortés había vuelto ya a México, con la intención de descubrir nuevas islas especieras en la costa pacífica mexicana, donde creía que existían (el Rey había renunciado a las Molucas en 1529). En 1533, envió dos naves desde Santiago (Manzanillo) con los capitanes Hernando de Grijalba y Diego Becerra. El primero descubrió el archipiélago que luego se llamó de Revillagigedo y regresó a Acapulco. El segundo, Becerra, descubrió la Baja California, llegando a la bahía de la Paz, donde los indios mataron a la mayor parte de los tripulantes. La nave regresó con los supervivientes a Jalisco y fue capturada por Nuño de Guzmán. En 1535, Cortés en persona dirigió una expedición a California con el propósito de conquistarla. Embarcó su tropa en tres naves en el puerto de Chametla y alcanzó Santa Cruz. Desde allí envió dos de sus buques por colonos a Chametla, pero uno embarrancó en la costa de Jalisco y el otro tardó mucho tiempo en reunir los colonos. Cortés se impacientó y fue en busca de refuerzos con la tercera nave. Una vez conseguidos, volvió a Santa Cruz dispuesto a colonizar California. Le llegó entonces la noticia de que había arribado a México un virrey que reclamaba su presencia, lo que le obligó a abandonar la conquista. Posteriormente, en 1539, Cortés envió una cuarta y última expedición a la costa californiana con tres naves mandadas por Francisco de Ulloa. Este marino costeó hasta el Golfo de las Perlas, Mar Bermejo o Mar de Cortés, comprobando que California era una península y no una isla, como se creía.
En cuanto a la conquista de Yucatán, fue tardía y difícil. La desintegración del antiguo imperio maya había ocurrido hacía muchas décadas y el territorio agonizaba, dividido en pequeños cacicazgos independientes que fue preciso dominar uno por uno. La conquista fue capitulada en 1526 por Francisco de Montejo. Había estado en Centroamérica, en Cuba y en México a comienzos de su conquista. Partió de España en 1527, llevando como lugarteniente a Alonso de Avila. Reforzado luego en Santo Domingo, tocó en Cozumel y desembarcó en la costa yucateca próxima, donde fundó Salamanca. Inició su conquista por el norte de Yucatán, mediante una larga correría cuyo objetivo era localizar la capital del territorio. La encontró al fin, Chichén Itzá, pero estaba en ruinas desde hacia muchos años. Montejo regresó a Salamanca y desde allí intentó la conquista por el sur de la Península. Fracasado, marchó a México por refuerzos (1528) dejando a Avila en Yucatán. Montejo obtuvo luego la gobernación de Tabasco, que trató de convertir en su plataforma de asalto a Yucatán, conquistándola en 1531. Nuevamente en Campeche, trasladó allí Salamanca. Luego cruzó la península hasta Tulum y Chetumal. La enorme resistencia indígena le hizo renunciar a la conquista en 1535. La continuó su hijo Francisco Montejo El Mozo, a quien el Adelantado dejó su gobierno. El joven Montejo trajo refuerzos de México y lanzó una gran ofensiva desde Champotón en 1540. Recorrió el norte de Yucatán, donde fundó San Francisco de Campeche, y luego se dirigió hacia el interior con ánimo de establecer la capital territorial en T-Hó. Esta ciudad tenía enormes ruinas de cal y canto que le recordó Mérida. La Mérida yucateca fue fundada el 6 de enero de 1542. La ciudad tuvo que hacer frente, seis meses después, a un ataque general de las tribus mayas. Tras éste, Francisco Montejo el Sobrino sometió el noreste de Yucatán erigiendo Valladolid, mientras Montejo El Mozo dominó el oriente. La conquista fue completada por los Pacheco, padre e hijo, que llegaron hasta el Golfo Dulce. En 1544 Yucatán pasó a depender de la Audiencia de los Confines, creada dos años antes.